450-039 con un Rodalies en dirección a St. Vicenç de Calders en Cunit a las 18:10
Este último festivo, el puente de San José, he visitado tierras catalanas, más concretamente las comarcas del Garraf y el Baix Penedés. Cualquiera podría pensar que la mayoría de fotos las habré sacado en la primera, por su gran tradición ferroviaria y sus increíbles paisajes, pero no ha sido así: las estaciones que pude visitar estaban cerradas por infranqueables tornos, y todos los miradores de la célebre carretera de Garraf ocupados. En Vilanova i la Geltrú, aparte de los tornos, la inexistencia de pasos superiores y el poco favorecedor sol en el único punto decente que fui capaz de encontrar hicieron que prefiriera dedicarme a observar las circulaciones del precioso parque de 5’’ que la asociación de dicho municipio tiene instalado en el paseo marítimo, y dejé para otra vez el Museo. A pesar de los chascos, en Cunit pude disfrutar de diversas circulaciones, todas de viajeros por supuesto, pero por suerte el estado del material era bastante bueno en cuanto a limpieza, y además había un poco de material distinto al del habitual de las zonas que frecuento; los Civias y los Buques.
Uno de estos Buques, en concreto la unidad 450-039, es el protagonista de una de las fotografíass tomadas en la estación/apeadero de la ya citada población de Cunit, que cuenta con dos vías de apartado, una a cada lado, aunque su uso no parece muy habitual (según Jordi F. G. pensadas para ser usadas en rebases, aunque su conveniente uso para descongestionar la línea esté de capa caída). Sorprendentemente, esta estación cuenta con un sistema de iluminación que ya quisieran muchos polideportivos o instalaciones similares para sí: una doble hilera de fluorescentes para cada andén que iluminan toda la zona cubierta. Además, a partir de cierta hora que no sabría indicar con exactitud, se encienden y permanecen todos ellos encendidos hasta la mañana siguiente, o quizás se apaguen a partir de media noche, tampoco podría asegurarlo con certeza. Lo que sí que puedo decir es que al menos en esta temporada tal gasto me parece poco menos que innecesario, y más teniendo en cuenta que por ejemplo en Vitoria unos pocos fluorescentes se mantienen enciendidos y otros pocos encienden al paso de las circulaciones, y ni siquiera la cuarta parte de los que se dispone se enciende, diría yo. Quizás se toman demasiado al pié de la letra lo de ser la “Green Capital”, o quizás en Cunit la densidad de circulación y de viajeros en verano haga imposible tomar estas medidas. ¿Quién sabe?
Uno de estos Buques, en concreto la unidad 450-039, es el protagonista de una de las fotografíass tomadas en la estación/apeadero de la ya citada población de Cunit, que cuenta con dos vías de apartado, una a cada lado, aunque su uso no parece muy habitual (según Jordi F. G. pensadas para ser usadas en rebases, aunque su conveniente uso para descongestionar la línea esté de capa caída). Sorprendentemente, esta estación cuenta con un sistema de iluminación que ya quisieran muchos polideportivos o instalaciones similares para sí: una doble hilera de fluorescentes para cada andén que iluminan toda la zona cubierta. Además, a partir de cierta hora que no sabría indicar con exactitud, se encienden y permanecen todos ellos encendidos hasta la mañana siguiente, o quizás se apaguen a partir de media noche, tampoco podría asegurarlo con certeza. Lo que sí que puedo decir es que al menos en esta temporada tal gasto me parece poco menos que innecesario, y más teniendo en cuenta que por ejemplo en Vitoria unos pocos fluorescentes se mantienen enciendidos y otros pocos encienden al paso de las circulaciones, y ni siquiera la cuarta parte de los que se dispone se enciende, diría yo. Quizás se toman demasiado al pié de la letra lo de ser la “Green Capital”, o quizás en Cunit la densidad de circulación y de viajeros en verano haga imposible tomar estas medidas. ¿Quién sabe?
Rodalies en dirección a Sant Vicenç de Calders, tomada el 17 de marzo hacia las 16:30
Aprovechando que el viernes tuve que usar el trípode para un trabajo de arqueología me lo llevé conmigo de viaje, y para ahorrar la limitada batería de la cámara la dejé estática y enfocada, llamando la atención de algunos de los viajeros que por allí pasaban. Al final de la jornada, después de desmontar el equipo y disponerme a salir del recinto para reunirme con mi familia, un chaval de unos 25 años me pidió “que le sacara una foto”. Evidentemente no iba a cambiar mis planes para hacerle un favor con el que seguramente yo no iba a ganar nada, así que le dije que no, que me estaban esperando; aquella respuesta no pareció sentarle demasiado bien al individuo. Evidentemente, si fuera alguien que conozco quizás le haría el favor, como alguna vez he hecho con algunos de mis amigos, pero sin conocerlo y además así a botepronto pues era evidente que no iba a hacerlo. Por lo demás fue una jornada satisfactoria, y a pesar del algo evidente recelo al principio del personal de taquilla que me observaba desde la puerta, no hubo ningún otro inconveniente.
Dedicada a mi padre, por San José y por hacer posibles tantas y tantas fotografías de esta galería.
Dedicada a mi padre, por San José y por hacer posibles tantas y tantas fotografías de esta galería.